¿Puede el consumo de Soya ayudar al Medio Ambiente?

¿Puede el consumo de Soya ayudar al Medio Ambiente?


El frijol de soya o soja, una especie de leguminosa originaria del Este de Asia, ha tenido un lugar importante en la cocina y la cultura asiática durante milenios, donde comúnmente se consumen en forma de tofu, tempeh o leche de soja. Sin embargo, es desde la mitad del siglo pasado que su producción se ha multiplicado a escala global: La producción actual es más de 13 veces superior a la de principios de la década de 1960 (desde 20 a 30 millones de toneladas al año, a cerca de 350 millones de toneladas)[1]. Desafortunadamente, a medida que la demanda aumenta, vastas áreas de terreno natural se convierten en plantaciones de soya, causando una deforestación a gran escala y otros efectos devastadores, incluyendo la pérdida de biodiversidad, el aumento de las emisiones de carbono, la erosión del suelo y la contaminación del agua. Aún cuando se pueda tener la falsa impresión de que el consumo humano ha impulsado su explosiva demanda, en este artículo se entregarán elementos que apuntan a que aumentar el consumo de soya cultivada de origen sustentable, puede ayudar -de manera contraintuitiva- a reducir su impacto ambiental.


Crecimiento en el tiempo de la Producción (Rojo), Área Cultivada (Naranjo), y Rendimiento de los Cultivos (Verde) de la Soya. Fuente: Our World in Data, en base a datos de FAO [1].

Impacto Ambiental del Cultivo de Soya

Entre los principales impactos ambientales del cultivo de soja se encuentran:
  • Deforestación: El área total de tierra utilizada para cultivar soja ocupa el área combinada de los Países Bajos, Bélgica, Francia y Alemania, lo que la convierte en el segundo impulsor más grande de la deforestación después de la cría de ganado. Esto se debe a que los rendimientos de los cultivos -aún aumentando considerablemente, no han podido seguir el ritmo de la producción. Desde 1961 a 2016, los rendimientos globales aumentaron en un 150%, pero la producción aumentó en un 1200%, por lo que el área utilizada para cultivar soja se ha más que cuadruplicado [2], [3].
  • Aumento de las Emisiones de Carbono: La eliminación de bosques para el cultivo de soja libera CO2 y otros GEI (Gases de Efecto Invernadero) en la atmósfera [4]. El uso de instalaciones de procesamiento industrial y flotas de vehículos para distribuir soja globalmente contribuye también a la huella de carbono de la soja [5].
  • Erosión y Biodiversidad: El cultivo de soja suele ser altamente mecanizado, lo que produce efectos dañinos en la capa superior del suelo, principalmente en su capacidad para reabsorber nutrientes y agua, además de eliminar vegetación nativa que previene la erosión [6]. Como ejemplo, Brasil pierde aproximadamente 55 millones de toneladas de suelo fértil cada año debido al cultivo de soya [7].
  • Stress Hídrico: La soya requiere mucha agua para crecer (casi 300 litros de agua se necesitan para producir 1 litro de leche de soya)[6]. El uso de pesticidas y fertilizantes durante el cultivo de soja también contamina ríos, lagos y estuarios, afectando la vida silvestre y planteando riesgos para la salud a las comunidades rurales que consumen el agua, además de hacer los suelos más susceptibles a los incendios forestales [7].

¿Para qué se cultiva la Soya?

Para tener indicios de cómo se podría atenuar la crisis ambiental causada por la producción de soja, -al menos desde la perspectiva de el consumidor, es necesario entender para qué usos se destinan los cultivos:
  • Ganado: En el período 2017-2019, más de tres cuartas partes (77%) de la soja mundial se destinaba al ganado para la producción de carne y lácteos, específicamente un 37% se destinaba a la alimentación de pollos y otras aves de corral; una quinta parte a los cerdos; y un 6% a la acuicultura [1]. En 2017, se estimaba que el europeo promedio consume 61 kg de soya de forma indirecta a través de los productos animales que consume [8]. La producción mundial de carne se ha triplicado con creces en los últimos 50 años, especialmente de la carne de aves de corral, el mayor consumidor de alimento de soja [1].
  • Consumo Humano: En el período 2017-2019, solo el 7% de la soja se usaba directamente en productos alimenticios para humanos como tofu, leche de soja, frijoles edamame y tempeh (otro 13% era destinado para aceites) [1].
  • Industriales: La soja también se puede utilizar para fines industriales.En el período 2017-2019, alrededor del 4% se utilizaba para biocombustibles, lubricantes y otros procesos industriales. Solo el biodiesel representaba el 2,8% [1]

Destino de los cultivos de Soya; Consumo Humano (Azul), Alimento de Ganado (Rojo), e Industria (Verde). Fuente: Our World in Data [1], en base a datos de FCRN Oxford [9], y USDA [10].

¿Qué podemos hacer como consumidores?

En 2013, la FAO anticipaba el aumento del uso de insectos como alimento para animales, ya que es una opción más sostenible en comparación con la soja [11]. Sin embargo, esta sustitución puede resultar inviable en lo inmediato para la industria ganadera, ya que la soja optimiza el crecimiento de los animales, incluso en comparación con otras leguminosas [12]. Por ende en el corto y mediano plazo, puede resultar más práctico destinar más soja para consumo humano, y preferir la producida de manera sustentable.

Según cálculos de ONG veganas, por cada 100 calorías alimentadas a los animales, solo obtenemos 12 calorías al consumir su carne y leche [13]. En 2017 la WWF estimó que si todos redujeramos nuestro consumo de carne solo a las pautas nutricionales, se ahorrarían 650 millones de hectáreas, -o 1.5 veces el área de la Unión Europea, de producción agrícola [8]. Respecto a la ingesta de proteínas, cálculos de 2015 indicaban que si se reemplaza la de origen animal por soya, la deforestación agrícola disminuiría hasta en un 94% [14].

Aún cuando es preferible consumir soya local, no necesariamente es más sustentable comparada con cultivos orgánicos pero transportados por largas distancias [6]. Los productos orgánicos -según estándares como los de la Unión Europea-, evitan los fertilizantes químicos y los pesticidas, lo que reduce el daño a la vida silvestre y a las comunidades rurales circundantes [6].

En conclusión, aunque muchos de estos cálculos son estimaciones globales basadas en escenarios hipotéticos, es crucial reconocer la importancia de reconsiderar nuestras elecciones alimenticias en pos de un futuro sostenible. Preferir la soya u otros cultivos altos en proteínas como lentejas, arroz, guisantes, habas y garbanzos (dentro del marco de las necesidades nutricionales particulares de cada persona), puede ser un paso significativo hacia la reducción del impacto ambiental de nuestra dieta, por el mero hecho de consumir directamente esa proteína en lugar de destinarla a ganado o usos industriales [4]. Como consumidores podemos influir en el mercado y fomentar prácticas agrícolas responsables, eligiendo productos que reflejen nuestro compromiso con la sostenibilidad y el bienestar del planeta.

[1] H. Ritchie, “Is our appetite for soy driving deforestation in the Amazon?,” Our World Data, Feb. 2021, Accessed: Mar. 02, 2024. [Online]. Available: https://ourworldindata.org/soy

[2] D. Brack, A. Glover, and L. Wellesley, “Agricultural Commodity Supply Chains,” Chatham House, the Royal Institute of International Affairs, Jan. 2016.

[3] The Growth of Soy: Impacts and Solutions. Gland, Suiza.: WWF International.

[4] C. Lee, “Soybean Products and Its Environmental Impact,” Earth.Org. Accessed: Mar. 02, 2024. [Online]. Available: https://earth.org/soybean-products-and-its-environmental-impact/

[5] J. Gil, “Carbon footprint of Brazilian soy,” Nat. Food, vol. 1, no. 6, pp. 323–323, Jun. 2020, doi: 10.1038/s43016-020-0106-x.

[6] M. Melvin, “Is Soy Bad for the Environment?,” foodunfolded. Accessed: Mar. 02, 2024. [Online]. Available: https://www.foodunfolded.com/article/is-soy-bad-for-the-environment

[7] “Facts about soy production and the Basel Criteria.,” WWF. [Online]. Available: https://d2ouvy59p0dg6k.cloudfront.net/downloads/factsheet_soy_eng.pdf

[8] “Appetite for Destruction.,” WWF, Oct. 2017. [Online]. Available: https://www.wwf.org.uk/sites/default/files/2017-11/WWF_AppetiteForDestruction_Full_Report_Web_0.pdf

[9] W. Fraanje, T. Garnett, and H. Breewood, “Soy: food, feed, and land use change,” Food Climate Research Network, Jan. 2020. doi: 10.56661/47e58c32.

[10] “PSD Online,” USDA. Accessed: Mar. 03, 2024. [Online]. Available: https://apps.fas.usda.gov/psdonline/app/index.html#/app/home

[11] “Nutritional composition and safety aspects of edible insects,” FAO, Apr. 2013. Accessed: Mar. 03, 2024. [Online]. Available: https://www.fao.org/3/i3264e/i3264e00.pdf

[12] S. Meal, “How to delink the UK’s soybean imports and livestock supply chains from deforestation in the Amazon,” LSE Business Review. Accessed: Mar. 03, 2024. [Online]. Available: https://blogs.lse.ac.uk/businessreview/2021/08/26/how-to-delink-the-uks-soybean-imports-and-livestock-supply-chains-from-deforestation-in-the-amazon/

[13] R. Moss, “Is Tofu Really Worse Than Meat For The Environment?,” HuffPost UK Life. Accessed: Mar. 03, 2024. [Online]. Available: https://www.huffingtonpost.co.uk/entry/tofu-impact-environment_uk_5e43f90fc5b61b84d3430fb5

[14] B. Machovina, K. J. Feeley, and W. J. Ripple, “Biodiversity conservation: The key is reducing meat consumption,” Sci. Total Environ., vol. 536, pp. 419–431, Dec. 2015, doi: 10.1016/j.scitotenv.2015.07.022.
Regresar al blog